El subtítulo del libro, explica su contenido: sexo, deseo y masculinidad. Pero es más que eso, es pensar lo masculino como hegemónico, en qué paradigma está asentado y cuestionarnos. Cuestionarnos mucho, como mujeres, como el otro sexo, como el género en disputa.
La idea es leer libros de no ficción que el año anterior marcaron casi un vacío en mi trayectoria lectora. Sabemos que no voy a poder leer todo, pero quiero tener esa ilusión. Así que tomo la convocatoria del club de lectores: Leemos no ficción y al final no voy a la reunión pero leo con toda la disciplina y pienso en qué quiero comentar, qué dudas me quedan, mi aprecio o desprecio por el libro.
Campero, me resulta familiar porque durante muchas noches, escuché un programa de radio, en que hablaba de temas sexuales y su propuesta no era nada hegemónica. Esos programas de radio que una va salteando por el dial y de repente, ah...que interesante lo que están diciendo.
Este libro me permitió entender mejor algunos conceptos de Butler, Preciado, y otros pensadores que intenté leer y que no pude, me superaban absolutamente.
El género es una construcción. Ser macho, es ser el dominante en una cultura donde el macho blanco es el hegemónico. Es la imagen de Dios y por eso el mundo les pertenece.
Partiendo de conceptos que vienen del cancionero, refranero y medios populares, vamos desentrañando conceptos que determinan comportamientos de hombres, mujeres, disidentes. Si no actuamos de acuerdo a estas pautas, quedamos fuera, sentimos que algo no funciona bien en nosotros.
Ser macho es: ser fuerte, en oposición a ser sensible
ser proveedor
ser protector.....controlador
tener las emociones controladas y en lo posible ignorarlas
sexualmente activos y siempre dispuestos
no conectados con sentimientos no con deseos, el sexo es pulsional e inevitable
En el libro, se plantea por qué la violencia y la obediencia.
La prostitución como consecuencia de los cuerpos femeninos al servicio de lo masculino.
El propio cuerpo femenino, debe tener una forma, unpeso, al servicio del masculino hegemónico.
La masculinidad se construye en base a tres mandatos: no ser bebé, no ser mujer y no ser homosexual.
Este libro lo tengo absolutamente rayado, marcado, doblado. De esos libros que me serán utiles para releer, repensar y entender.
Mi feminismo no es novedad, pero lo sigo construyendo, leer es mi forma de pensar, gracias a quienes escriben, reseñan y sugieren.
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