LEER PARA VIVIR

  Tarde en mi trayecto lector pude asumir que soy lectora de comic. De niña leía La Pequeña Lulú, Lorenzo y Pepita, Archie, toda la saga de Disney, Patoruzito. Ya adolescente me devoraba El Tony y descubrí Asterix que si releo hoy me sigue produciendo accesos de risa. Pero pasados mis cuarentas descubro la novela gráfica y el Manga. Entonces, he ido coleccionando joyas como Maus, Persepolis, El eternauta. Esta fue publicada en Skorpio a finales de 1976. El 27 de abril de 1977, el guionista, vinculado al grupo Montoneros, es secuestrado y hoy es desparecido, al igual que sus hijas, yernos y nietos. En abril de 1978, se publican las últimas entregas, ahí se funda la duda de su autoría.  Mi ejemplar es con tapa dura, en blanco y negro, con buena calidad de papel, dejo el link de todos modos por si quieren leerlo ya :  El Eternauta parte 2 La historia, con una trama radicalmente politizada, comienza con Juan Salvo, su familia y el propio Oesterheld trasportados a la Buenos Aires del siglo

  Este es otro libro que no registré en mis lecturas 2021. Hace un año o poco más Débora me regaló: Los dorados diminutos de Horacio Cavallo y Matías Acosta. Ese libro dialoga con este que es anterior y fue publicado por la Revista Orsai. Lo conseguí a inicios del año y lo leí cuando en el club de lectores, leimos a Cavallo y quise releer el libro que menciono arriba y leer este para ver de qué iba ese diálogo. Entusiasmada se lo comenté a Horacio pero él me dijo, sí pero lo interesante es la novela gráfica porque así ves realmente el relato y el trabajo que hizo Matías.  Pero bueno, a veces se consigue y se lee lo que se puede.  Es una distopía, escrito en cuartetas y toca el tema de los desaparecidos. Todo un cúmulo de cosas que me hacen disfrutar mucho del libro y penar por no tener la novela gráfica. Pueden ver algunas ilustraciones en la página de Mairal  El gran surubí Ahí dice: La historia ocurre en una Argentina de pesadilla. El país se quedó sin carne y hay poca comida. En me

  Ustedes no nos matan, nosotros elegimos morir Serán esas las últimas palabras de Vicki Walsh? Rodolfo Walsh, periodista, escritor argentino, desaparecido en la última dictadura militar argentina, en clandestinidad, escribe una carta a su hija abatida por las fuerzas armadas, para los Montoneros, muerta en combate. En esa carta Walsh pinta una luchadora idealista y comprometida que no se entrega se mata. También escribe una carta a sus amigos. Entre los dos escritos uno ve claramente las ideas de Walsh, ideas que llevarían también a la condena de las fuerzas represivas y su desaparición. Leer esas cartas es doloroso, difícil. Seguramente el compromiso de escritor lo llevan a aceptar publicamente esa muerte, tan temprana de su hija. Pienso que me sería muy difícil aceptar la muerte de un hijo, aunque entienda su militancia. María Moreno parte de interrogarse acerca de la veracidad de estas cartas, de si realmente Viki se pegó un tiro y dijo esa frase. No llega a una conclusión contunde