Es de madrugada y me despierto. Intento escuchar radio, leer. Pero no puedo. Tomo el celular y veo un vivo de instagram. Es Eugenia Zicavo comentando libros, lecturas e invitando a un taller sobre este libro. Anoto alguna cosa en el libro que estoy leyendo y en la mañana me anoto al taller. Todo en un impuso semionírico. Los libros me salvan, siempre. Este me salvará? Vivo angustiada, me duele el pecho, me pesa la cabeza pero leo. Leo entonces vivo. Leí casi todo el libro en una semana. Es corto, pero como estoy lenta no llegué. El viernes a la noche, recién arribada a mi casa, conecto con el Taller. Zicavo dirigía la reunión, daba la palabra y ella misma aportaba. Reflexiones inteligentes, casi todos hablaron. Aportes de la vida del autor, del que poco y nada se sabe. No era afecto a las entrevistas y no quería que lo integraran al mundo literario. Se habló de los migrantes y los sin techo, esos que van por este mundo como los personajes del libro. El carro del supermercado como si
Para animarnos a leer