Segundo libro que escucho de este autor israelí. Es una novela policial, negra, bastante negra. Ambientada en Israel, en una ciudad perisférica: Holon, que se encuentra en el distrito de Israel. Una ciudad donde nada sucede, aparentemente. Un detective: Abraham Abraham, una familia, un edificio, un niño que desaparece Offer de dieciseis años. Una madre denuncia la desaparición de su hijo y tras semanas de búsqueda nada se sabe. Hay un vecino, Zeev, que es profesor y que se interesa por el caso, llegando a intervenir activamente de forma muy misteriosa, quizá inconsciente o puede que absolutamente consciente. Parecería un chiflado, un narcisita, un escritor frustrado, pero luego vemos que las cosas no son lo que parecen. El detective, es un hombre solitario, pesimista, sin una vida que tenga compromisos o pasiones. Desde un inicio, sostiene que las novelas negras no existen en Israel, porque no es un país donde se den crímenes como en otros lugares. Lo mismo he oído de Uruguay, sin e
Para animarnos a leer