Anarres y Urras. Dos mundos. Anarres: un mundo sin gobierno, sin estado, sin propiedad privada. Sigue la ideología de Odo, una mujer que muere en Urras tras haber sido crítica de un sistema injusto y que conlleva a la infelicidad: el propietariado. Urras, el mundo del propietariado. Una alegoría al capitalismo donde impera la ley del capital, donde hay un Estado y muchos oprimidos. Así nos plantea Le Guin este mundo. Donde hay más planetas, pero estos son hermanos. Para Anarres, Urras es la Luna y lo mismo para Urras, Anarres es la Luna. Shevk, el protagonista de la historia, parte de Anarres rumbo a Urras en una misión para desarrollar su teoría sobre el tiempo. Pero las cosas no son como esperaba. De esta forma, sin pretensiones didácticas, Le Guin, nos hace reflexionar sobre el mundo en que vivimos y las posibles utopías. Será el hombre capaz de vivir en un sistema que le permita ser feliz? Ahí la pregunta que nos queda. Y es muy bueno cuando una novela nos deja preguntas. Para
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