También la recibí leída por mi amiga Virginia. Es una novela de hombres, absolutamente masculina, escrita por una mujer. Es una historia de venganza, de dolor, de muerte. De hombres que hablan poco y que se unen al dolor de otro a lo macho. Un hombre debe vengar la injusticia y para eso recurre a la violencia. A la misma violencia de que fue victima él y su pueblo de parte de una familia los Loprete. Esa familia tiene muchos hermanos, algunos son absolutamente locos, tienen crisis de ira que hay que calmar con medicación. Otros simplemente violentos y actúan en tanto dueños y señores de vida y costumbres.
En un ambiente rural, con hombres de campo, que andan a caballo y toman mucha ginebra, el narrador, Manuel nos cuenta cómo junto al tano se unen a un grupo de hombres para vengar los abusos de los Loprete. Manuel es quizá el que más padeció esos abusos, por lo cual ha sido criado por el Tano.
El ambiente es despojado, las palabras pocas. Pero está muy bien narrado y construido. Una tensión desde el inicio que nos lleva a leer sin parar.
Los personajes me recordaron a los de los cuentos de Paco como en el Hombre pálido, el clima muy Onettiano, donde el dolor nos va llevando por las páginas paso a paso.
La autora era para mí desconocida.
Mariana Travacio (Argentina, 1967). Nació en Rosario, pasó su infancia en Brasil y actualmente reside en Buenos Aires. Es Licenciada en Psicología por la Universidad de Buenos Aires donde se desempeñó como docente de la Cátedra de Psicología Forense. Es Magister en Escritura Creativa por la Universidad Nacional de Tres de Febrero y traductora de francés y portugués.
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