Un libro que tenia pendiente. Primero demoré en conseguirlo, pero no lo busqué simplemente cuando lo ví recordé que tenía que leerlo.
Siempre disfruté de las palabras que decimos en el núcleo familiar y que en ese círculo tienen un significado especial.
Esta novela está construida desde esas frases, expresiones familiares de la autora quien nos narra su vida desde la lengua materna o mas bien paterna.
Narrada en primera persona, nos va contando la vida familiar en la que ella tarda en aparecer. Es la menor de cinco hermanos, nacidos en Palermo pero que viven en Turín. Su infancia y juventud se desarrolla en el inicio y ascenso del fascismo en Italia. Una familia rotundamente antifascista.
Aparecen personajes que fueron importantes en el movimiento antifascista, intelectuales, políticos, algunos socialistas otros comunistas, otros simplemente opuestos a los totalitarismos.
En algunos puntos recordé mi familia, expresiones de mi nona, frases de mi madre. También circunsancias personales, como esconder a alguien en casa. Un señor que pasa a tener un nombre distinto porque sí. Inexplicable para una niña, pero en definitiva, un juego al que los niños se pliegan sin mucho cuestionamiento.
Una vida que tuvo dificultades, pero que siempre le da un toque de humor.
Natalia Levi, que toma el apellido de su esposo Ginburg, trabajó en la editorial Einaudi, de quien Leo Ginzburg fue fundador. Allí conoció a Pavese y es por eso que relata algo del final de este gran escritor.
Esta novela es absolutamente disfrutable. Una escritura para nada convencional que me hizo leer todo en un par de días.
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