Algunos me dijeron que no me iba a enganchar, que debía iniciar la lectura por la primera novela.
Escuché el podcast de mi querida Lourdes: Tengo las Palabras
Como testaruda que soy, teniendo el libro en mis manos, encaré y lo leí.
Me atrapó,me gustó, me conmovió
Hay algo interesante: al inicio del libro trae un resumen de familias y filiaciones, cosa que me facilitó la lectura, porque siendo la cuarte novela de la colección, los personajes seguro que los tenía claros, pero bueno...no era así.
La novela está narrada en primera persona por Lena, Lennú o Elena. Es napolitana, tiene dos hijas, un esposo y una vida intelectual activa, es escritora. Al inicio vive en Florencia y está casada. Pero, tiene una relación amorosa con quien fue el amor desde que era niña y eso la lleva a una fractura conyugal, laboral, maternal.
La maternidad es central en la novela. Ser madre en este sistema patriarcal, exige que una mujer que es madre debe ser sobretodo madre. Debe vivir por y para sus hijas. Pero eso, establece el conflicto, porque cuando nos damos cuenta que no es una tarea sencilla, que determina renunciar a nuestros deseos intelectuales, físicos, laborales, entonces ahí se da el conflicto. La autora lo narra a la perfección, nos hace sentir ese conflicto y reflexionar, pensar, pensarnos y vernos en esa etapa tan difícil de nuestra vida.
El título de la novela, es un tema que produce un quiebre: hay una niña que desaparece. Ese tema es muy sensible para mí. Los desaparecidos. Pero en este caso no tiene el mismo carácter, pero es igualmente trágico. Cómo seguir viviendo si un hijo pequeño desaparece? La muerte de un hijo es algo insuperable, pero desaparición....tanto más terrible.
Hace una semana, hablando con mi hija, ella me preguntaba si añoraba cuando ella y su hermano eran pequeños, a lo que no dudé en responder con un rotundo NO. Hoy puedo dialogar con ellos, su vida no es mi vida y puedo decir que no me siento completa por el hecho de ser madre. Creo que ha sido la tarea más compleja que tuve y la hice lo peor que pude.
Es muy bueno cuando un libro me permite disfrutar mientras pienso, además de no ser un ensayo ni un libro filosófico y menos de autoayuda, pero es literatura y como dijo mi amiga Sivlia: la literatura nos ayuda a vivir.
Otra cosa que tiene la novela: la historia social y política de los años 70 y 80. El secuestro y asesinato de Aldo Moro, las brigadas Rojas, la derechización de los partidos de izquierda europeos.
Y, Nápoles. Ese origen del que Lena huye pero que vuelve, porque la ata, la atrae de manera torturante pero esencial. Es su raíz, es el lugar donde creció con Lina su gran amiga. La amistad, la relación más importante que podemos tener con los otros, sobretodo una amistad como la de estas dos mujeres.
Me hizo pensar en mi abuela cuyos padres eran nacidos en Nápoles y en Ischia. Ambos lugares fundamentales para Elena.
Seguro que voy a continuar con Ferrante, pero el inicio ha sido auspicioso.
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