Leer a Leila es siempre una felicidad.
Si, porque disfrutamos de la buena escritura.
Ahora, la temática de este libro, es terrible
Una guerra, como todas, inmoral, inexplicable, pero que en este caso, tiene tintes de terror.
Termina la contienda, los argentinos son derrotados.
Muchos soldados han muerto, son jóvenes, son pobres.
Los abandonan, como los abandonaron en vida y murieron de frío, de hambre, de guerra.
Leila hace un relato descarnado, perfecto, sobre esa infamia.
Muertos que pasan a ser rehenes de intereses políticos, algunos no quieren acceder al trabajo de los forenses porque trabajaban para identificar desaparecidos, algunas familias son muy pobres y quedan devastadas y no tienen medios ni conocimientos para reclamar a sus hijos.
Es un inglés quien entierra, organiza, hace nómina de los muertos que no puede identificar.
El gobierno argentino no se hace cargo ni responde porque consideran que no repatrian porque estan en su patria.
Pasaron gobiernos, en democracia, pero pasaron muchos años para que algunos padres pudieran poner nombre a esas tumbas.
Una hermana, llegando a las islas expresa "por esa mierda murió mi hermano"
Las Malvinas allá al sur, en un lugar muy frío, una guerra infame, cubierta de mentiras.
Un año donde la desinformación, el miedo, los manejos políticos imperaron en nuestro mundo, pero que Guerriero aprovechó para investigar y dejarnos este material imprescindible
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