Mary Ventura sube a un tren que la lleva a una estación. La última de la lìnea ferroviaria: Noveno reino. Siente mideo. Sus padres le dicen que debe ir, que en algún momento todos debemos viajar, dejar el hogar. Por fin sube, se sienta y empieza a observar diferentes pasajeros entablando conversación con una señora que teje y que la invita a tomar café en el salón comedor. Mary observa los detalles, todo está muy prolijo, confortable incluso lujoso. La señora del tejido le dice que si no se da cuenta de nada raro.
El clima del cuento es bastante inquietante. No sabemos qué es lo que inquieta, pero no podría decir por qué.
Este cuento escrito por Plath para presentar en una revista de las que publicaban sus cuentos, es rechazada y no llega a ser publicado. Luego lo reforma quedando totalmente diferente y entonces sí se publica. Esta edición responde a una traducción del original.
Es además ilustrado por Mónica Bonet y tiene un epílogo de Mariana Enriquez. Confieso que esto último fue lo que me decidió a comprarlo.
Un cuento corto, inquietante, bien ilustrado, con una edición muy cuidada y que seguramente responda a lo que sentía Plath cuando debio viajar a N.York dejando su familia, el dolor el desconcierto, la indfensión lo que no la abandonó nunca y quizá eso la llevara a terminar como lo hizo.
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