Gustavo Escanlar fue un personaje uruguayo muy controvertido. Su frase "estoy irritado, molesto y confuso" era su marca. Crítico de la uruguayez y de los sobrevalorados como él denominaba determinados popes de la cultura sobretodo de izquierda. A mi no me caia del todo mal y en alguna cosa...coincidía , pero nunca lei nada de él, salvo alguna columna periodistica en Busqueda. Esta novela, que lei en una tarde, me la prestó Eleonora y como mis compis extremos leen cosas buenas cuando recomiendan algo...yo acepto.
Es la historia de jóvenes que viven al día, intensamente, en el barrio sur y que desarrollan actividades nada aceptadas por la ley, la moral y las buenas costumbres. Obvio eso es lo que hace interesante la historia. Jóvenes de los años 90 . Consumen desde pegamento, marihuana, cocaína y creo que alguna cosa más. La droga es parte de la vida diaria.
Los protagonistas: Chole, Marcelo y el Seba. Además de Demonio, la cheta que secuestran.
La soledad, la amistad, la vida al día, hasta un poco de desamparo, eso es lo que vivimos en estas páginas. Una vida muy distante de la mía pero que me permiten compartir, entender y ver como una vida posible.
Tiene una cosa muy especial: capitulos en que nos describe peronajes del barrio que no participan en la historia o lo hacen de forma muy lateral. Eso nos completa el panorama y funciona como si fuera un intermedio en el espectáculo.
El título, entiendo que se refiere al Sindorme de Estocolmo, segun el cual el secuestrado termina relacionandose con su captor. Incluso nombra el famoso caso de Patty Hearst, que recuerdo muy bien, solía aparecer en revistas cuando yo era niña y me llamaba mucho la atención.
Esta novela me llevó un poco a Lalo Barrubia, quizá porque es de la misma generación y porque describe personajes similares.
«He visto a las mejores mentes de mi generación destruidas por la rutina, por la militancia política, por la vejez prematura, por la seriedad estúpida. Sí, también leí a los beatniks y me la creí.» dice Marcelo y quizá tenga razón
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