Este libro lo compré hace un par de años, quizá más. Tenía interés en leerlo por el tema. Me costó encontrarlo, fue mi amiga Graciela por intermedio de la Caro su hermosa hija, que me lo regalaron y lo guardé.
Del autor leí Zama y vi la película, creo que algún cuento. Pero este lo postergaba. Ayer lo leí todo. En un día. Bueno no es una novela muy larga pero no es lo único que me hizo leerla tan rápido. Es la escritura. Es muy interesante la trama, es un ritmo sostenido que nos va llevando. Tiene toques de humor muy ácido. El narrador es sencillamente detestable: misógino, sarcástico, bajón. Un periodista al que le encargan hacer una nota sobre suicidas a partir de un par de fotos. Pero no es su primer aproximación al tema, es hijo de un suicida y quizá...más que eso.
Va investigando y para eso tiene la colaboración de personajes interesantes: la fotógrafa muy joven, la archivista, una policía forense. Claro los detalles que vamos sabiendo de estas mujeres siempre teñidos de los deseos del narrador. De todos modos, como no soy partidaria de la cancelación y disfruto de la buena literatura, entiendo que este es un ejemplo de novela que merece ser leída.
Este hombre, un hombre joven, que parece poco apasionado por la vida, que no establece relaciones estrechas con nadie, sin embargo, piensa y mucho sobre la vida y como consecuencia sobre la muerte. Esa es la preocupación de todos los humanos.
Sus actividades son sobretodo ir al box, leer, ir al cine, encontrarse con mujeres con las que no logra intimar, salvo con Julia pero ella le recrimina su falta de entrega. Julia es maestra y a su pedido hace que los alumnos escriban sobre la muerte. El resultado son frases muy interesantes, verosímiles de haber sido escritas por niños. Este tema ocasiona que Julia se quede sin empleo. Tan terrible es el tema que los adultos niegan que los niños se enteren de él. En realidad, los adultos tienen tanto miedo a la muerte que no pueden compartir con los niños una charla sobre algo que es algo que compartimos todos los seres vivos, algo inevitable, tanto como la angustia que provoca.
Matarse es un acto de cobardía que exige mucho valor
Kierkegaard
Tiene incluso datos que se supone van recabando, en especial la archivista Bibi: estadísticas sobre el suicidio según país, sexo, raza, cultura, grupo socio económico. Interesan mucho pasajes en que transcriben posturas de distintas religiones a partir de sus libros sagrados. Además citas de escritores y filósofos. Por eso este libro además de una novela entretenida, disfrutable, puede funcionar como un compendio sobre suicidio
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