Este libro esperó dos años en mi biblioteca. Y si cuento el tiempo que lo tuve anotado para conseguirlo...bueno sumarían como diez años. Lo compré en una librería de saldos en Córoba. Ahora cuando pienso esos días caminando con Débora por las calles cordobesas, el disfrute de compartir libros y cuentos con Rubén López que nos brindó su HOSPITALIDAD con todas las mayúsculas que caben en la palabra y faltan algunas, porque nos sentimos más cómodas que en casa, bueno me da nostalgia. No es simplemente un recuerdo, tiene algo de doloroso por este virus que nos tiene lejos, con tapabocas, paralizados. Entonces, cabe leer algo así? Me parece que sí. Revisar hechos dolorosos, injusticias, momentos terribles de nuestra historia es importante. Y digo nuestra historia, porque nada de lo que pasa en la otra orilla, es ajeno a nosotros.
Seguramente debí informarme un poco más antes de leerlo. Como no lo hice y me sambullí en la lectura, me costó el inicio. Es que va describiendo cada uno de los protagonistas, cosa que me parece muy buena para ubicarnos, pero yo no entiendo nunca de cuando derrotan a Perón, que es ser peronista ni nada de eso. Pero bueno empecé por el principio y cuando terminé revisé algunos de los nombres, entendiendo cada caso.
Parece que Rodolfo Walsh, inaugura o inicia con esta novela un género: la novela periodística. Porque no es una crónica ni un ensayo, pero nos cuenta detalles y el paso a paso de un acontecimiento real, casi policial. Se basa en documentación, artículos periodìsticos, entrevistas. No inventa, pero llena huecos que difícilmente puedan ser conocidos.
Por qué un periodista que se ocupa de páginas policiales, un hombre de pensamiento más bien conservador hace esta investigación y escribe la novela? Bueno parece que estando en un bar, alguien le dice: ese que está ahí es uno de los fusilados de León Suárez.
Policía bonaerense, recibe la información de una revuelta organizada por el General Valle, para recuperar el poder, para reinstaurar el gobierno peronista. En la pequeña localidad de León Suárez, vive Carranza, un obrero peronista que estaría implicado. La policía cae a una casa en busca de este obrero y otros que estarían implicados. Pero sucedió que en el lugar, había otros que no tenían relación alguna con el operativo, simplemente jugaban a las cartas mientras escuchaban la final mundial de boxeo.
Sin juicio, sin investigación, sin garantía de ninguna índole, son condenados y llevados a un descampado donde son ejecutados. La impericia de los soldados, la oscuridad y el nerviosismo hizo que algunos lograran escapar.
El tema por demás interesante me llevó a ver la película, filmada en la clandestinidad y en la que participan actores como Norma Aleandro y Victor Laplace. La pelicula respeta absolutamente el libro.
Luego leí, vi documentos de época, como que poco a poco fui entendiendo el momento político.
Un libro al que llegué en realidad por mi interés en el autor, un periodista que es desaparecido, que fue el autor de Carta a la Junta Militar y cuya hija Viki se suicida en el momento en que la atrapan las fuerzas represivas. De la muerte de Viki, hay testimonios, hay un par de cartas de Walsh, en que reivindica a su hija como luchadora y desecha la imagen de víctima.
Ahora estoy leyendo sobre ese tema, pero cuando haya terminado Oración de María Moreno, escribiré al respecto.
Por ahora, simplemente me doy por satisfecha de haber leído la primer novela periodística de la literatura.
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