Este es de los pocos libros que me recomiendan, comentan y al poco ya lo leí. Me lo pasò Carmen que lo recibió de Eleonora. O sea no lo fui a comprar, me llegó por medio de dos de mis mentoras literarias principales. De Mella leí Lava y Noviembre. El primero, cuentos que leimos en el club, el segundo por curiosidad luego de leer Lava.
Este libro es bastante autobiográfico pero tiene mucho de su devenir escritor y su momento de licencia de escritor. Cuando lo conocimos en el club, recuerdo que dijo que para èl escribir lo agota, lo hace vivir pendiente de escribir, por lo que, cuando se dedicó a no hacerlo estuvo libre y pudo vivir, viajar, pensar.
Mella se transformó en una promesa literararia a los 19 años. Algo como Calderón con el teatro.
Supongo que eso fue un poco apabullante. Si bien él nos dice que no interesa el éxito, era el tema y la presión editorial que lo llevó a escribir noviembre para Alfaguara.
En este libro nos cuenta de su infancia y juventud con el libro del mormón como acompañante permanente, su practica de basquetball cotidiana y una familia convencional con un padre surfista. También su vida en Nueva York, donde trabaja en una cafetería, convive con extranjeros y locales. Camina por las calles, lee, consume alcohol y otras drogas y lee, todo lo que puede y quiere.
También tiene un personaje literario que hemos leido y no se si me encanta o no: Levrero, de quien no nos habla bien, pero ocupa muchas páginas sobre este autor tan venerado y que lei La novela luminosa con gran dificultad. De esa novela habla detalladamente.
Puedo decir que lo leì en dos tardes. Es muy interesante. Escrito con cuidado y sinceridad. Es una narración casi de autoficción o biografía, no sé. Lo bueno es que Mella sigue escribiendo.
Publicado por Hum pueden leer la reseña y luego comprarlo, si tienen suerte alguien se los presta....pero es un libro bueno para leer ya.
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