Terminar el año acompañado de Ray, es perfecto. Hay autores que nos acompañan toda la vida, esos...son los mejores!
Mi amor por Ray, viene de la adolescencia. Sí, eso nos pasa a muchos en el universo, llega a nosotros y bueno, queda pa siempre. Mi padre, que fue quien me inoculó el gusto por la lectura, nos regalaba libros siempre, pero muchos seguro que los elegía por buenos y porque a él le gustaba leerlos. Sospecho que este sea el caso. El primero que llegó a mis manos fue Remedio para melancólicos, se lo regalo a Nora, mi hermana, pero bueno la copropiedad literaria siempre fue una ley y el disfrute de leer los mismos libros, comentarlos, defenderlos o defenestrarlos, era y es un motivo con la Nora.
Luego vinieron otros: Franheit, Crónicas marcianas y uno que me ha impactado y que por suerte conseguí en plena pandemia: El país de octubre.
En cuanto a este que releí en estos días, es un libro de ensayos. Superameno, cuenta historias de su vida, de su escritura, de sus viajes, sus amores.
Nos enteramos cómo empezó a escribir. Cuando publicó su primer libro: Crónicas marcianas por el que recibió un pago de 700 dólares y se sintió millonario. Que vino del estío empezó con un relato que viene a ser el primer capítulo y luego terminó siendo una de sus novelas más queribles y autobiográficas.
Hay un capitulo en que hace una comparación entre Nemo y Ahab, entre Verne y Melville, que es absolutamente maravilloso. Ahora me dieron ganas de releer Moby Dick, sí se viene para enero, creo que es una buena elección.
Leyendo estos ensayos supe que nunca aprendió a conducir, que ama los trenes y que para poder subirse a un avión por primera vez debió emborracharse absolutamente.
Bradbury se nos revela como un niño que nunca envejeció y logró comunicarnos con el universo.
Hace muchos años, George Bernard Shaw creyó que la raza humana marchaba en una dirección que ella misma no podía comprender del todo, pero que cuando menos nos arrojaría a un futuro insondable. Lo que creo yo es que la existencia del universo es un milagro y que hemos nacido aquí para atestiguarlo y celebrarlo. Nuestro propósito es percibir lo fantástico. ¿para qué tener un universo si no hay público?
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