Leer teatro no es muy frecuente para mí. Lo eligió Martín como lectura de noviembre. Yo lo había leido luego de ver la obra y comentarla en la escuela de espectadores. Tuve que hacerlo. Me resultó tan conmovedora que perdí algunos dialogos. Necesitaba leer, ver las palabras, meditarlas.
El epigrafe, de Elias Canetti: Antes de volverse, disolución, la muerte es confrontación. Se necesita valor para hacerle frente, pese a todo lo vano de la empresa. Valor para escupirle a la muerte a la cara.
Calderón tuvo este valor y genera esta obra valiosa, imprescindible.
Una madre tiene un hijo con un cancer terminal. No puede curarlo. No tiene los medios económicos para acceder a tratamientos más caros. Toma una decisión: convertirse en mula.
Y la empresa por supuesto la lleva a la càrcel.
Hay varios personajes con los que dialoga, monologa o discute: una jueza, un par de abogados, medico, enfermera una monja, una amiga, un sicario. Bueno lo pongo en masculino, cuando en realidad, salvo el dealer, los demas son mujeres. Porque el genero hace a la sensibilidad, a la lucha. Hasta donde puede llegar una madre para impedir la muerte de un hijo? Esta madre llega al delito. Pero no puede. NO logra vencerla. Asi que la repudia, la odia, dice que la pisaría y la vomitaría, con todo su asco. La muerte de un hijo es un atentado de Dios contra una.
Cómo se sigue luego de la muerte de un hijo?
Este libro nos habla de la muerte, de la injusticia, de la maternidad, de la salud publica, de la amistad, de la vida. Porque la muerte es una parte tan importante de la vida
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