Hay autores que sabemos vamos a leer siempre. Lemaitre es uno de ellos. Esta es la segunda novela de la Trilogía de entreguerras. En la anterior Nos vemos allá arriba Eduard tras un terrible suceso en la guerra (1.a. gran guerra) lpierde su rostro. Es rescatado por quien será su cara, su amigo, su socio. En una serie de situaciones muy complejas, nos vamos enterando de corrupción, inmoralidad, todo lo que la posguerra trae a Francia. El final de esa novela, es cuando Eduard se tira para ser atropellado por el auto de su padre, quien lo creía muerto en la guerra. Esta segunda novela, inicia con la muerte de M. Pericourt, padre de Edouard. A partir del mismo funeral, donde el nieto del magnate, Paul, cae de las alturas y queda paralitico, se empieza a desarrollar un entramado de situaciones que cuesta dejar de leer. Con personajes que vienen de la novela anterior pero que aquí toman protagonismo, con individuos codiciosos, inmorales, arribistas. Madelaine, es la protagonista y al inicio sufre un evento más desgraciado que otro. Como que son cachetadas sin parar. Pero planea su venganza. Hasta el final, como acostumbra Lemaitre, no vemos claro cómo logra vengarse de todos y en especial del individuo más perverso de la novela. Pero, como todo lo de esta trilogía, nos enteramos de episodios de la historia francesa, de la penetración del fascismo, de las estrategias corruptas de los poderosos. Del acontecer de la novela no sabemos hasta que lo leemos, pero sí sabemos que viene otra guerra, que el nazismo asciende sin resistencias. Eso nos da una especie de complicidad con el escritor que en gran parte del relato nos habla e interpela directamente. Pero no sólo nos interesan los episodios históricos y políticos sino que nos habla de arte, de música. Y para mejor: de ciencia, de la ciencia aeronática en pleno desarrollo.
.Es absolutamente disfrutable, siendo una novela de muchas páginas, cuesta dejar de leerla, entones se hace corta. Esperaremos a la última entrega de esta trilogía.
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