Este volumen reúne trece artículos de la feminista Silvia Federici fechados entre 1975 y nuestros días. Incluye algunos de los textos fundamentales de la campaña Salarios para el Trabajo Doméstico así como importantes análisis sobre el impacto de los Programas de Ajuste Estructural en los países del Sur, de los que fue testigo en Nigeria. Recoge también sus recientes propuestas sobre los comunes, al igual que algunas críticas a las posiciones de otros pensadores e instituciones actuales. Todas sus contribuciones reflejan tanto la fuerza de su pasión política como la potencia intelectual de su concepción acerca del capitalismo, en general, y del trabajo reproductivo, en particular.
Tres grupos son los protagonistas de este libro: las mujeres, las campesinas y las comuneras. Sobre las primeras recae un trabajo ingente que, por ser imprescindible para la acumulación capitalista, es devaluado y naturalizado como «propio de las mujeres». Las segundas sufren el robo y la contaminación de sus tierras por parte del neoliberalismo (a menudo en forma de guerras) con el objeto de eliminar la agricultura de subsistencia, fuente de autonomía social. El tercer grupo está formado por todos aquellos que generan formas de cooperación no mercantilizadas, relaciones sociales basadas en la solidaridad y la corresponsabilidad.
Este análisis de sus prácticas de resistencia resulta central en aspectos todavía poco explorados en la lucha por un horizonte postcapitalista: la crítica práctica al salario en tanto forma de división social, así como el reconocimiento de todos los trabajos no asalariados que sirven de sustento para la vida en común.
Tres grupos son los protagonistas de este libro: las mujeres, las campesinas y las comuneras. Sobre las primeras recae un trabajo ingente que, por ser imprescindible para la acumulación capitalista, es devaluado y naturalizado como «propio de las mujeres». Las segundas sufren el robo y la contaminación de sus tierras por parte del neoliberalismo (a menudo en forma de guerras) con el objeto de eliminar la agricultura de subsistencia, fuente de autonomía social. El tercer grupo está formado por todos aquellos que generan formas de cooperación no mercantilizadas, relaciones sociales basadas en la solidaridad y la corresponsabilidad.
Este análisis de sus prácticas de resistencia resulta central en aspectos todavía poco explorados en la lucha por un horizonte postcapitalista: la crítica práctica al salario en tanto forma de división social, así como el reconocimiento de todos los trabajos no asalariados que sirven de sustento para la vida en común.
Esto lo copié de la reseña editorial. Yo puedo decir que Federici me gusta. Me ilumina. Me complejiza. Como pretendida marxista, entender que Marx no tuvo en cuenta el trabajo reproductivo como parte FUNDAMENTAL de la generación del capitalismo, fue un ver el mundo de otra forma. Digamos: me desperté. Ese despertar para peor...o no, resulta crítico. Revisar nuestra forma de entender el mundo, es siempre una cuestión angustiante. Pero bueno, en momentos de quedarme en casa, estoy dispuesta a esto. Revisar mis conceptos, profundizar, ir hasta el hueso.
Así, poder pensar y soñar, porque soñando creamos y construimos: un mundo habitable, hospitalario, donde la sororidad sea cotidiano. Lo común debe ser lo que construiremos juntas. De otro modo todo será inviable.
Para matizar he ido viendo a Denise Najmanovich, que nos habla de CUIDADANIA, donde los cuidados nos hacen parte de una comunidad. Los vinculos nos devienen cuidadanas y sin vinculo, no hay vida posible. Usaremos barbijo o máscara, nos lavaremos las manos y desinfectaremos todo, pero aislarnos, lleva al miedo, permite la autoridad por encima de la libertad.
si quieren leer el texto completo accesible aca
o también pedirmelo a mi, yo lo presto con gusto
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