Tiempos de reclusión donde los silencios y las ausencias se hacen herida.
Los desparecidos son la metáfora de la ausencia, del silencio. El 20 de mayo marchamos en silencio para acompañar su silencio para poner el cuerpo reclamando los de aquellos que no están.
Hace unos años, más de cinco, Edelweiss Zahn, me propone desarrollar talleres sobre literatura infantil censurada en la dictadura, en TuBiblioteca. Biblioteca Popular de Shangrilá de la cual ella es el alma mater pero en la que laburan comprometida y solidariamente un grupo de mujeres imprescindibles. En el primer taller con gurises de la Escuela Venezuela, gurises de unos 9 ó 10 años, cuando menciono los desaparecidos, un niño me dice: cómo desaparecidos?
Ahí percibo que lo que para mí es claro, para las nuevas generaciones empieza a ser distante, lejano.
Desparecido, trae una carga ideológica, histórica, para quienes vivimos en dictadura y quizá para algunos jóvenes. Pero para los que la dictadura fue tan lejana como para nosotros la de Terra, desaparecido parece más un acto de magia que un acto de terrorismo de estado. Los humanos no desaparecen, se mueren, se enferman, se mueven, se distancian. Pero cuando alguien no se encuentra, no se ve su cuerpo muerto, no se sabe dónde ni cuándo dejó de respirar, de mirar, de vivir. No se sabe cómo, por qué, quiénes. Todas esas preguntas las carga el vocablo DESAPARECIDO.
Ignacio Scerbo, analiza el término. Es un IDEOLOGEMA. Es un término, un vocablo en torno al cual se estructuran la mayoría de los discursos de la dictadura.
El ideologema DESAPARECIDO acarrea luchas de sentido que buscan significación social.
Anoté términos que aparecen en los discursos relacionados con el tema: guerra, guerrilla, guerra sucia, terror, terrorismo, subversión, genocidio, pensar distinto, verdugo, violencia política, rebelde, censura. Bueno seguramente otros encontraran más términos u otros.
Scerbo desde desaparecido como ideologema, analiza obras que surgen posdictadura, tomando el tema de los desaparecidos. Obras de literatura infantil y juvenil, algunas cuentos cortos como La composición de Silvia Shujer, o Fiestita con animación de Ana María Shua. Novelas como Cementerio Clandestino de Eduardo González, El mar y la serpiente de Paula Bombara y la novela corta de Esteban Valentino La soga y un libro informativo de Graciela Montes El Golpe.
Hace un análisis serio y minucioso de las obras. Va decodificando su lenguaje. Lenguaje inserto en una realidad, de un adulto que escribe para chicos sobre un tema que le es más o menos cercano.
Nos habla de la memoria, como lo que recordamos que no es totalidad. La memoria que es reconstrucción.
"La memoria como proceso de actualización del pasado es dinámica y establece relación de los valores actuales. Siempre sujeta a revisiones, no se impone de una vez y para siempre. Como espacio de lucha por la significación, la memoria del pasado está siempre en tenso diálogo"
Leer este libro me permitió pensar, reflexionar, entender que el dolor que nos provoca el desaparecido seguirá ahí, pero que es nuestra tarea compartir lecturas con los niños para que sean un poco menos desaparecidos y un poco más nuestra memoria.
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