LEER PARA VIVIR

  Leila es una grande. Leer los perfiles de este libro me hizo sentir con ellos. Algunos conocidos como Idea Vilariño, otros que descubrí como Dorothea Muhn o una escritora de 80 años que ganó un premio a novela nueva.  Leila sabe ganarse la confianza de sus entrevistados que la reciben en su casa con sus perros como Amelita Baltar. Fui leyendo lentamente, me resevaba un perfil para cada noche. El de Roberto Arlt lo lei dos veces y repasè algunos fragmentos porque es un escritor que me gusta mucho. Este capitulo no corresponde a una entrevista personal porque Arlt muriò antes de que Leila naciera, pero igual lo describe muy bien. Es el capítulo más largo y quizá el que me gustó más.  Fogwill me resultò tal como imaginaba y Piglia tambièn. Pero eso no lo hizo menos interesante. Sara Facio me impresionò por su sencillez y me dieron ganas de charlar con ella mientras me muestra sus fotos. Hebe Uhart fue la que màs me hizo reir. Es una escritora que tiene una frescura para escribir que se

  Una escritora que tenía pendiente y que por casualidad llegó ahora y con una novela que me cautivó. La palabra es cautivar porque la leí con entusiasmo y sin poder dejarla. Tuve que pausar su lectura para que durara más. Esas cosas que los lectores hacemos cuando un libro nos enamora. Esta novela viene a ser casi autobiográfica. Nos va contando su vida desde lo más íntimo y personal y vamos creciendo con la narradora capitulo a capitulo. Ese me parece uno de los puntos de interés del libro. Empezamos con Cristina muy pequeña y vamos conociendo poco a poco su familia, sus gustos, su curiosidad y una personalidad diferente , firme con una seguridad de niña. Parecería que desde sus primeros años decide ser escritora y rechaza las impisiciones de género.  Su infancia no fue fácil, un padre violento y apático. Una madre sumisa que cuando la reprende le dice que es igual a su padre y eso, obvio, causa mucho dolor. La historia de sus bisabuelos venido en barco de Génova y cómo mueren jóvene

  Habiendo leido un libro de Iparaguirre, algún trabajo sobre la lectura y entusiasmarme con su lectura, me quedè con ganas de màs. Por suerte Leticia me prestó este. También cuentos, enteramente ficciòn. Hay una diversidad asombrosa. No es la misma escritura que el de los vientos patagónicos. Algunas de la historias me inquietaron, no terminè de entender. Otras eran muy vivenciales, como El vikingo y por otro lado Eva, que no supe si es terror, fantasía. Cometí el error de devolverlo antes de escribir la reseña, pero puedo asegurar que disfruté su lectura. Iparaguirre es un gran descubrimiento 2020

  Elegida por Leticia para Extremos Puedo decir que es una novela extrema: por su escritura, por su forma, por su contenido. Como no se consigue en plaza y además mi economía no me permite comprar libros, primero lo escuché como audiolibro. Enterito. En mi trayecto ida y vuelta del trabajo. Fue una experiencia encantadora, porque la lectora leía en un mexicano de la chingada! Muy bien leìdo, asì que puedo decir que este libro lo escuchè y luego lo leì.  Hice la lectura con un ejemplar que me facilitò Leticia. Es que està escrito todo corrido. Son 8 capitulos de diferente extensiòn pero sin separaciòn en pàrrafos. Tampoco señala los diàlogos y es muy genial como la autora se las ingenia para que nos enteremos quièn està narrando. Incluso hay diversos lenguajes por ejemplo hay un pasaje con tèrminos legales, es un escrito legal, un testimonio. La narraciòn es coral y tiene muchos personajes que para sumar complejidad cambian de nombre.  La historia es atrapante. Es un poco policial, un p

  Llegó especialmente recomendado y prestado de la mano de Cynthia. Ella como la protagonista es anosmica. Me dijo: para entender bien cómo vivo sin olfato, tenés que leer este libro. Sí, todo lector para entender, comprender y sentir, tiene que leer.  Cuando uno piensa en las dificultades de alguien que no ve, no oye, no camina....siente realmente compasión, dolor, empatía. No tener olfato es algo que nunca se me había ocurrido que pudiera pasar. Más bien me molestaba lo agudo del olfato de mi madre.  Aquí, la protagonista es una niña que vive con su madre y su hermana y que es una niña inquieta, lectora, cuestionadora, sin olfato. Su madre se enoja con ella y pretende que es capricho. Que eso no existe. La hermana, un poco mayor que ella, una joven madura, intelectualmente muy inquieta y con gran amor por su hermana pequeña, investiga, ayuda, acompaña.  También hay un amigo, que la acompaña en cuanta locura inventa, incluso una huida a Bagdad, donde ella supone va a oler, porque Bagd

  Relectura. Haciendo un curso de eso que hice en pandemia: Cultubers, con la gente del Solis, un curso interesante que me mantuvo pensando en cultura y comunicarme con gente interesante, relei este libro de Baricco. Luego vi Barbarie de Sergio Blanco y Los Bárbaros de Arcand. Se nos plantea la disyuntiva: el capitalismo ha tomado el poder y no sólo en los ambitos financieros sino que quienes dominan el mundo dominan su cultura y ser intelectual hoy no tiene el prestigio del siglo pasado. El placer de conocer, de saber, no es muy popular. Baricco problematiza esto desde la cultura del vino, los libros.

Como adicta a la lectura, además de leer libros, comprar libros, prestar libros, buscar libros, veo programas sobre libros. En el programa LIBROTECA de Eugenia Zicavo, me encontré con esta periodista Leila Guerriero, me impresionó su forma de hablar, clara y sin grandes aspavientos. Sabe lo que hace y ha desarrollado una literatura de no ficción muy buena. Digamos que escribe crónicas, perfiles y lo hace muy bien. Pero no es el tipo de libros que yo leería habitualmente. En esa entrevista hablaba de un libro: Los suicidas del fin del mundo, que por mi historia personal me interesaba mucho leer. No ha sido posible, aun no lo conseguí. Buscando ese libro, me ofrecieron este. Como uno de los capítulos trataba sobre Yiya Murano, una señora que envenenó tres amigas, compré el libro se lo regalé a mi cómplice que es muy afin a los asesinos seriales. Por supuesto que Débora demoró en leerlo. Pero apenas lo hizo le fascinó y me lo dió para que yo lo disfrutara. Pero quedó ahí. En esta situació